PREMIOS NOBEL DE MEDICINA
HALLAZGOS IMPRESCINDIBLES
Lola Benítez Molina
Málaga (España)
Que el oxígeno es imprescindible para la vida es algo totalmente obvio para todos los mortales, pero los recientes galardonados con el Premio Nobel de Medicina por sus avances científicos es algo que los convierte, a estas tres eminencias, en indispensables para la posteridad.
El hombre, bien sabemos, desde que existe que siempre ha buscado los medios necesarios para su supervivencia y adaptación. Eso es evidente, pero aquellos que tienen inquietudes por ir más allá de lo conocido, y que dan gran parte de su vida en beneficio del resto de sus congéneres, entran dentro del rango que yo considero “héroes”. Esos héroes alcanzan los umbrales de la eternidad, en tanto en cuanto, serán siempre recordados por sus logros.
Chapó para estos tres científicos, dignos de la más alta admiración: los estadounidenses William G. Kaelin y Gregg L. Semenza, así como el británico Peter J. Ratcliffe por sus estudios sobre medicina molecular.
Según el Instituto Karolinska de Estocolmo estos tres científicos han logrado “identificar la maquinaria molecular que regula la actividad de los genes en respuesta a los niveles cambiantes de oxígeno”. Se trata, por tanto, de un descubrimiento apasionante que amplía las fronteras del conocimiento. Para el mencionado Instituto, estas tres eminencias “allanan el camino en el desarrollo de nuevas estrategias para combatir la anemia, el cáncer y muchas otras enfermedades”, al ahondar ellos en “cómo los niveles de oxígeno afectan al metabolismo celular y la función fisiológica”.
“Durante mucho tiempo se desconocía cómo las células se adaptan a los cambios en los niveles de oxígeno”. Es tal la magnitud de la importancia del oxígeno en las células que una hipoxia mantenida durante más de cuatro minutos a nivel cerebral ocasiona daños irreversibles, de ahí la importancia de la actuación rápida y eficaz de las maniobras de Reanimación Cardio Pulmonar cuando se produce una parada cardiorrespiratoria.
Ratcliffe ha logrado demostrar que “existe un sistema que mide y canaliza el suministro de oxígeno”.
Para terminar un tema tan amplio y trascendental, recordar las sabias palabras de Louis Pasteur: “La ciencia no sabe de países, porque el conocimiento le pertenece a la humanidad y es la antorcha que ilumina al mundo. La ciencia es el alma de la prosperidad de las naciones y la fuente de todo progreso”.